En 1850 se introdujeron las denominaciones de 1, 2, 5, 10 y 20 céntimos y ½, 1, 2 y 5 francos; siendo las monedas de 1 y 2 céntimos de bronce, las de 5, 10, y 20 céntimos de vellón, y las denominaciónes de franco en plata de 0.900. Entre 1860 y 1863 se utilizó la plata de 0.800, antes de que el estándar de 0.835 se utiliza en Francia para todas las monedas de plata; con la excepción de la moneda de 5 francos (que se mantuvo de 0.900). En 1879, las monedas de 5 y 10 céntimos de vellón fueron reemplazado por las de cuproníquel y las 20 céntimos por las de níquel.
Las dos guerras mundiales tuvieron un pequeño efecto en las monedas suizas, durante las cuales se acuñaron temporalmente monedas de bronce y zinc. En 1931, el tamaño de la moneda de cinco francos se redujo de 25 a 15 gramos, con el contenido de plata reducido a 0.835. Al año siguiente, el níquel reemplazó el cuproníquel en las monedas de 5 y 10 céntimos.
A finales de 1960, y debido a la devaluación del dólar estadounidense, los precios de los productos en el comercio internacional aumentó de manera significativa. El valor del contenido de una moneda de plata excedía su valor monetario, y muchas fueron enviadas al extranjero para su fundición; lo que llevó al gobierno federal a declarar esta práctica ilegal. El estatuto tuvo poco efecto, y la fundición de francos sólo cesó cuando el valor numismático de los francos restantes superó su valor material.